Day 4: Si abrazas el caos… el caos hace que todo fluya

Tal y como reza el título de la entrada, todo tarde o temprano ha de fluir; y cómo prueba de ello, la primera foto del día de hoy.

Felicitarla por lo bien que ha sobrellevado esta situación y ya por fin, en lugar de abrazar al caos, puede abrazar a su querida maleta (con alguna pegatina de embarque de más). Sin lugar a dudas, Anabel está interiorizando de maravilla el qué es ser un Erasmus Rompiero.

Esta grata sorpresa vino a la llegada de la cena-buffet que el equipo chipriota nos había preparado en un sofisticado restaurante de otra zona alejada del centro. Varias maestras se ofrecieron amablemente a llevarnos hasta el lugar; nosotros viajamos con Soteroula, la que nos sorprendió hablando en un perfecto español.

La cena fue perfecta para recuperar las fuerzas agotadas en las 3 horas de visita por el centro de Nicosia y en uno de los museos. Tengo que reconocer que me costó mucho captar gran parte de la información que nuestra guía nos ofreció, ya que hablaba muy rápido y no daba tiempo a digerir todas las píldoras de información. 

La verdadera sorpresa del día nos la llevamos a primera hora de la mañana cuando visitamos el colegio con el que estamos colaborando. Nada más bajarnos del bus hasta la localidad de Tseru, en la entrada del centro encontramos a varios alumnos y alumnas ataviados con trajes típicos chipriotas que nos vertieron agua de rosas en las manos, antigua costumbre otomana para recibir a los invitados, además nos agasajaron con dulces. Tras conocer a parte del equipo docente chipriota, nos dirigimos al salón de actos donde presenciamos la gala de bienvenida, que nos dejó perplejos a la par que aterrorizados; el nivel de lo representado nos dio una idea de la implicación del claustro chipriota y la importancia que tiene en todo programa Erasmus. La larga trayectoria de Soteroula como participante y coordinadora en programas europeos se hace notar; no obstante, estoy completamente seguro que nosotros también haremos un trabajo excelente.

Diversos discursos, actuaciones teatrales y musicales, dieron paso a la presentación de las mascotas de cada delegación. Llegó nuestro turno, subimos al escenario sin nuestro querido flamenco, aun sin bautizar, y ‘voilá’, con un toque de humor y algo se agradecimiento por la maravillosa acogida chipriota, pudimos salir del paso y cruzar los dedos para que llegara volando desde algún aeropuerto europeo (como no podía ser de otra forma, está dentro de la maleta perdida).

Por último, asistimos a una sesión de formación medioambiental muy interesante que nos hace plantearnos realmente la importancia del ecologismo dentro de la enseñanza, si realmente queremos crear un entorno sostenible.

Como pueden comprobar, el martes dio para mucho, y el cansancio empieza a llegar poco a poco, pero la ilusión y las ganas de compartir esta experiencia con nuestros nuevos amigos europeos sigue presente.

#SomosErasmus