Day 4: Another long day

Tras varias movilidades Erasmus, hemos podido aprender que siempre a la mitad del viaje llegan los momentos más duros, y es algo que en esta ocasión nos preocupa sobremanera; no por nosotros que como adultos podemos gestionarlo, sino por nuestras pequeñas Erasmus Rompieras, que quizás no tengan las herramientas necesarias para sobrellevar la montaña rusa de emociones que supone una experiencia como esta.

El día comenzó desplazándonos hacia el “Teatro Comunale Garibaldi” dónde los estudiantes del instituto nos esperaban para hacernos de guías turísticos, e imagino que poder realizar sus prácticas. A título personal, creo que esta función podría haber sido desarrollada por el alumnado de los colegios de Figline inmersos en el proyecto, ya que al fin y al cabo, los alumnos menos aventajados del instituto, leyeron algunas tarjetas informativas, también podrían haberlo hecho los más pequeños, y así haber invitado a todo el alumnado proveniente de otros países. Todo esto sin desmerecer la labor del alumnado adolescente, y que lo hicieron genial y nos brindaron algunas pinceladas sobre Figline Valdarno.

Tras la visita cultural, en la que echamos de menos al alumnado Erasmus, sin olvidar que este tipo de proyectos, no sólo se basan en crear actividades y productos de calidad, sino también de conocer, compartir y aprender de otras culturas europeas, y para ello, es necesario el contacto social.

Tras despedir al alumnado del instituto con un sonoro aplauso, nos dirigimos al cuarto colegio de la localidad, concretamente la Scuola Cavicchi, en la que pudimos contemplar las mismas canciones de bienvenida y los mismos proyectos colgados de las paredes; nuestra delegación quiere pensar, que tanta repetición es debida a brindar la oportunidad a todo el alumnado italiano de los 4 centros de vivir la experiencia de acoger a profesorado Erasmus. 

Tras la actualización de bienvenida correspondiente, realizamos las presentaciones de cada país de forma online; y hemos de decir que nuestras niñas lo hicieron de forma brillante. Anabel desde la Scoula Cavicchi manejando la presentación y Martina, Rocío, Andrea y Vera explicando a más de 400 niños repartidos por los diferentes colegios, mostraron las maravillas que tiene nuestro país.

Tras la comida en el comedor, donde compartimos un rato super agradable con Angélica y Elvira (dos niñas griegas) disfrutamos del sol, en el extenso parque con el que cuenta este centro. Poco a poco, se nos acercaron varios niños y niñas para jugar a piedra, papel o tijera, o como se canta aquí “Sasso, carta, forbici”. Además, Daniel tenía una cuenta pendiente con Angélica, la joven alumna griega, y se retaron a una carrera en la pista de atletismo del patio de la escuela. ¿Quién ganaría? El resultado es digno del Var.

Tras este ratito de diversión, nos tocó volver a ponernos manos a la obra y asistir al taller de beebots, siembra de plantas y creación de collages que nos tenían preparados. Volvimos a echar en falta a nuestro alumnado. Una vez terminados, nos dispusimos a volver a reunirnos, esta vez todos los miembros de los diferentes países para seguir encauzando las diferentes actividades que ha de llevarnos a crear paquetes de trabajo realmente útiles. Ni que decir que fue una reunión densa y larga, donde cada vez afloran más algunas diferencias entre algunas delegaciones. 

Finalizando la reunión, nos llegaron noticias de nuestras niñas disfrutando de un sabroso “gelato” mientras nosotros seguíamos enfrascados en discusiones sin sentido, pero necesarias para aunar esfuerzos por igual. Caímos en la trampa de las Erasmus Rompieras y les mandamos una foto desde el cole, donde se aprecia el cansancio acumulado.

La jornada acabó para nosotros asistiendo a la cena organizada por todas las familias acogedoras donde pudimos reencontrarnos con las niñas y disfrutar de un buen trozo de pizza y un buen futbolín.

Hoy como decía al principio ha sido un día duro, quizás por el cansancio, quizás porque estamos a mitad de semana, pero tras realizarle la pregunta clave a Martina, Vera, Rocío y Andrea de: en una escala del 1 al 10, ¿ cuántas ganas tenéis de volver a España tenéis? Y que la respuesta oscile entre 3 y -2; nos hace coger fuerzas y seguir acompañándolas en esta maravillosa aventura que seguro recordarán por siempre, y que desde ya, les está sirviendo para ganar confianza en sí mismas e independencia.

Aprovechamos la ocasión para agradecer, en nombre de el claustro docente del CEIP Virgen de Carmen, y especialmente, en nombre de las familias de las niñas, a las familias acogedoras que las están tratando maravillosamente. Sólo tenemos palabras de agradecimiento hacia ellas.

#SOMOSERASMUS