Day 1: A quick visit to Riga

 La jornada dominical comenzó con el desayuno en el hotel, esta vez nada especial, un pan tostado muy rico y poco más destacable; en esta ocasión el maestro Daniel no pudo disfrutar de esta parte Erasmus que tanto le gusta, el copioso desayuno, seguro que mañana en el hotel que nos han buscado nuestras socias lituanas tiene mejor suerte.

Una vez cargados de energía comenzamos este singular día, con poco tiempo y mucho que ver. A escasos 500 metros del hotel nos dimos cuenta que el día no iba a ser fácil, al frío provocado por el viento nórdico, se le unió una “leve” lluvia, y nótese la ironía en el “leve” e incluso un poquito de granizo para aderezar nuestra visita; pero los Erasmus Rompieros no se amedrentaron y decidieron aprovechar la oportunidad de visitar la capital letona.

El sol que aparece en la foto anterior es el único que pensábamos que íbamos a ver a lo largo del día porque el paisaje era desolador, al mal estado de conservación que vimos por las calles se le sumó la gran cantidad de árboles caído en los parques. Según nos contó la recepcionista del hotel, están sufriendo un gran temporal que no es habitual en la zona.

Decidimos dirigirnos hacia la estatua de la Libertad, escultura de más de 40 metros de altura en honor a los soldados caídos, donde no pudimos evitar hacernos la ya tradicional foto “flamenca ”, una tradición instaurada por nuestras primeras Erasmus. Durante el paseo por los lugares más típicos del centro de Riga, alternamos periodos de lluvia, granizo, viento y sol, porque como no podía ser de otra manera, y es que siendo de donde somos, el astro rey vino a visitarnos y nosotros se lo agradecimos con un sonoro aplauso.

A media mañana decidimos hacer una parada para descansar y toma algo caliente, la mañana está siendo muy dura y tanto las niñas como los docentes, empiezan a necesitar un buen chocolate o café caliente. Nos hacemos a la idea de la crudeza de vivir en un país nórdico, aunque también reflexionamos que nosotros lo vivimos a la inversa en verano.

Tras el almuerzo del que el maestro Daniel sí dio buena cuenta, aprovechamos para hacer algunas compras en un centro comercial del centro, básicamente ropa de abrigo ya que no pensábamos que fuera a hacer tanto frío. Tras una apresurada carrera al más puro estilo Pekin Express, conseguimos llegar hasta el autobús que nos transportaría hasta Šiauliai, ciudad donde ya nos esperaban las familias , Victorija y Gabija para acompañarnos hasta nuestro hotel. Cena, ducha caliente y a dormir que el programa comienza al día siguiente y promete ser enriquecedor a la par que duro.

#SomosErasmus