Day 2: a new day with energy

 Una vez descansados, con pilas recargadas nos reunimos en el salón del hotel para desayunar, una de las cosas que el maestro Daniel siempre tiene a bien, como bien sabrá quien siga las aventuras de este blog. Podemos decir que la comida no está siendo un problema, sino todo lo contrario, la gastronomía mediterránea es garantía de buen comer.

En esta ocasión, y por necesidades organizativas de los anfitriones, la 3 niñas están alojadas en el hotel con nosotros mientras que Óliver está descubriendo como es la vida en una típica familia griega.

El chófer del bus nos estaba esperando a las 8:15 para llevarnos hasta Larissos, donde conocimos cómo se produce uno de los productos típicos de Grecia, el queso; y en la fábrica que visitamos, que ostenta el récord del queso más grande producido, con casi una tonelada pudimos degustar tan preciado alimento.

El viaje hasta la quesería nos deleitó con unas vistas espectaculares y algún que otro susto debido a la cantidad de curvas, pero se pudo solventar con una bolsa de plástico y algo de aire en la cara. También pudimos hacer una parada en un área con impresionantes vistas donde se desarrolló parte de la batalla de las Termópilas.

En Lerissos, también disfrutamos de un rato de sol y playa en la que nos pudimos refrescar, al menos los pies, en las cristalinas aguas del mar Egeo. Tras la comida, nos dirigimos a la aldea de Estagiras, lugar dónde nació Aristóteles y en el que en la actualidad se ubica un parque científico con el mismo nombre del pensador griego. Nuestro maestro Jesús quiso imitar a Aristóteles pero no nos dijo que estaba tramando; tendremos que confiar en él. Tras “jugar” con alguno de los experimentos que Aristóteles plasmó en su obra volvimos hacia Ormylia donde cerramos el segundo día en Grecia.