Day 2: Hello Šiauliai

Hoy sí, el desayuno fue del agrado del maestro Daniel, una vez dicho esto, podemos contar el transcurrir del segundo día. A las 8 de la mañana nos recogió Gabija en la recepción del hotel, nos entregó las tarjetas para utilizar el transporte publico para llegar hasta nuestro destino, la escuela socia, en la que nos recibieron con aplausos y un pequeño detalle, unas pulseras elaboradas por el alumnado. A la entrada del colegio, hay una piedra enclavada en el suelo que te otorga buenos augurios, y aunque los Erasmus Rompieros no somos muy de meigas, por si acaso la cruzamos pensando en el transcurrir de este, y de los futuros Proyectos Erasmus.






El amplio edificio que acoge a más de 800 alumnos tiene el corte soviético, al igual que las zonas aledañas; no obstante, nuestros amigos han conseguido cambiar la fealdad y monotonía de este tipo de edificación gracias al arte. Nuestros amigos fomentan mucho esta disciplina, muestra de ello, es que las actividades que nuestras alumnas realizarán durante su estancia en el centro lituano estarán relacionadas con esta disciplina.

Un concierto de voces a capela y bailes tradicionales dieron el pistoletazo de salida al programa que el equipo lituano ha preparado para nosotros. Tras la cual, las coordinadoras Gabija y Victorija, así como la directora del centro Silvija, nos dedicaron unas palabras de agradecimiento; además nos explicaron la simbología de su escudo: el lápiz y el pincel en representación del arte, el libro en señal de conocimiento, la flecha para seguir los objetivos propuestos y la paloma como símbolo de la libertad.





En la visita al centro pudimos ver las instalaciones y clases del centro, así como el trabajo que realizan los niños y niñas.





Tras la ya típica reunión de coordinadores, a la que varias delegaciones teníamos algo de miedo por el trabajo atrasado, fuimos al comedor del centro, donde ya estaban nuestras Erasmus con sus anfitrionas, degustando una sopa fría (que no tuvo mucho éxito entre ellas) a la que cariñosamente denominaron “Peppa Pig Soup”. No hace falta decir qué maestro se la comió entera.







A continuación, nos dirigimos a la Colina de las cruces, monumento nacional. Innumerables cruces adornan este emblemático lugar lituano. Este trayecto nos sirvió para entablar conversaciones con profesores y alumnos de otros países, y comprobar como Carmen, Judith, Manuela y Lina se desenvuelven, así como las anfitrionas intentan (y consiguen) hacerlas sentir cómodas; desde ya tenemos que empezar a agradecerles esta labor.




De regreso a Šiauliai nuestras anfitrionas nos enseñaron su localidad y los lugares más representativos, como la torre del agua o la inmensa catedral de un blanco impoluto. Una vez terminada la visita, nos despedimos de las niñas que fueron recogidas por las familias anfitrionas. La jornada siguiente promete ser larga, 3 horas de bus nos llevará hasta Vilna, la capital lituana, por lo que tras cenar acompañados de toda la expedición de docentes, regresamos al hotel para descansar.

#SomosErasmus

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