Děkujeme Česká republika

 Nuestro cuarto día en República Checa amaneció con unas preciosas vistas, la nevada de la noche anterior nos dejó un bonito paisaje blanco.

Tras el desayuno, nuestro alumnado y el resto de niños europeos nos recogieron en el hotel para desplazarnos hacia Hulice, donde se encuentra la tercera planta de gestión de agua, lugar donde pudimos realizar actividades interactivas relacionadas con el entorno ambiental. También vimos un video en el cual nos explicaron cómo se construyó la presa de agua, para lo cual, el estado comunista embargó a las familias sus casas, sin compensación alguna. 

La siguiente parada fue a Kutná Hora, ciudad patrimonio de la humanidad, que en el pasado fue principal ciudad extractora de plata, de ahí que atrajera con su riqueza a las altas esferas de la sociedad checoslovaca de la época.

Allí pudimos contemplar entre otros monumentos la gran catedral de Santa Bárbara que preside la plaza central.

A la vuelta a nuestro campamento base, una vez los niños se marcharon a sus respectivas casas, tuvimos la tradicional reunión de coordinadores, dónde compartimos el desarrollo de las diferentes actividades y paquetes de trabajo. Salimos contentos y tranquilos con el trabajo realizado.

El quinto día fue muy largo pero dejó grabada en nuestras retinas y en nuestra memoria, la impresionante belleza de la ciudad checa, pero antes de esto, tocaba despedirse de “nuestro” cole por una semana y de la estupenda comunidad educativa, que nos han hecho sentir cálidos en el frío.

Tras la ceremonia de despedida, con entrega de certificados y obsequios, donde Julieta entregó a Petra un cuadro pintado por ella misma, un bello recuerdo de nuestros dos faros.

Tras la emotiva despedida donde nuestros ErasmusRompieros y los niños acogedores, Matyas, Sofia, Catheryna y Amy, se dieron un emotivo abrazo de despedida y no pudieron evitar romper en lágrimas. A nivel personal, este momento me hizo un “pequeño” nudo en la garganta, tal y como ocurrió en 2016 cuando hice mi primer viaje Erasmus con otro centro extremeño; seguro que mis buenos amigos Diego y Lola, de Villafranca de los Barros, recuerdan aquel momento en Palermo.

Tras una hora de viaje en bus hacia Praga, dejamos a Lucía en el hotel, ya que no se encontraba bien y fuimos acompañados por Petra hacia la colina situada en el barrio de Mala Strana, para grabar en nuestras retinas una estampa que quedará en nuestro recuerdo por siempre.

Petra nos enseñó el monumento a las víctimas del comunismo, y nos explicó cómo vivió ella este periodo, así como la transición tras la caída del comunismo y la separación de la antigua Checoslovaquia.

Tras despedirnos en la colina de nombre impronunciable del resto de delegaciones, nos dirigimos con Petra hacia la parte antigua de la ciudad, mejorada por la tenue y a la par impresionante luz que tiene el casco antiguo por la noche. 

Último paseo por el puente de Carlos IV, breve visita al antiguo “gueto” judío en el que hablamos de lo sucedido durante el periodo de represión nazi y destacamos la figura de Franz Kafka, vistazo al espectáculo del reloj astronómico, y paseo por la Plaza de Wenceslao, nos llevaron de vuelta al hotel para descansar. Al día siguiente tocará viaje de vuelta, y como es costumbre, quedará tan sólo en la memoria de los ErasmusRompieros.